jueves, 29 de mayo de 2008

Artículo: “Los Derechos Humanos entre la teoría y la práctica cotidiana”
Basado en el Libro de Luis Pérez Aguirre Vademécum (Ven conmigo)

Este año se cumplen 60 años de aquel célebre día cuando cincuenta y cinco naciones del mundo decidieron aprobar la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La historia reciente a ese acontecimiento indicaba que el mundo en menos de cincuenta años había perdido a más de cincuenta millones de personas en guerras, seres humanos, que tenían sueños, esperanzas y anhelos, que habían quedado en los campos de batalla. Familias enteras destruidas y hombres mutilados, edificios destruidos e industrias exterminadas.

Con el anhelo, esperanza y deseo de alcanzar la paz, la libertad y el respeto a la justicia, los cincuenta y cinco países miembros de las Naciones Unidas, el 10 de diciembre de 1948 en París, votaban la Declaración Universal de Derechos Humanos, tuvieron 3 tres años para redactarla y aprobarla. Declaración ésta que debía ser ratificada por todos los gobiernos de los países miembros e inclusive por todos aquellos gobiernos que solicitaban su ingreso a la organización. La consigna era llegar a “el ideal común”, y todos sus integrantes, pueblos y naciones, debían esforzarse, para que esos derechos y libertades: “se promuevan”, “se respeten”, “que sean promulgados, reconocidos y aplicados universalmente” en todos los “Estados y pueblos”.-

Pero hoy a 60 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos, nos encontramos que no se han terminado ni las guerras, ni las muertes, nos encontramos que por la MALA DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA MUNDIAL, hay gente que no tiene acceso al agua potable, a la salud, a una educación, una vida, y a una vivienda dignas. Nos encontramos que las desigualdades a nivel mundial son cada vez más grandes y que un cambio inminente en el comportamiento humano es urgente y esencial.-

Cabe preguntarnos. ¿Cómo hacemos para cambiar esta realidad?
La única respuesta posible es promover y fomentar la educación en Derechos Humanos, no desde una teoría, sino desde la práctica cotidiana. Hacer conocer los derechos y libertades con ejemplos cotidianos y prácticos, tener presente que todos los derechos tienen una contrapartida de obligación y deber, ya sea en esencia de cada persona como también en lo colectivo, en definitiva, debemos apostar a crear un “Hombre y Mujer Nuevos”, nuestros ojos y corazón no pueden quedar inmunes a la injusticia, a la pobreza, y a las desigualdades.

El Hombre y la Mujer Nuevos deben ser solidarios, fraternales y libres. Ellos deben ser soñadores, amantes, poetas, revolucionarios, con lágrimas y sonrisas en sus ojos, con fortaleza y con una gran ternura en sus manos. Deben ser capaces de convertir sus sueños en realidad, de ser participativos, ya que la inercia no los dejará avanzar ni progresar.

El Hombre y la Mujer Nuevos deben ser insobornables, fieles a la palabra, a los compromisos y obligaciones. Deben promover la ternura, la compasión, la solidaridad y el amor, contra la falsedad y la mentira. Ellos deben cuidar y proteger el medio ambiente, son seres que trabajan, pero también se divierten, procuran que la sociedad mejore continuamente, promueven la igualdad, la solidaridad, la participación y la justicia.

El Hombre y la Mujer Nuevos saben que la pobreza no es natural, sino que es provocada por unos pocos que dominan. Ellos son seres que se rebelan y resisten ante toda actitud deshumanizadora, como la mentira, la injusticia, la falta de libertad para trabajar, para comunicarse.

El Hombre y la Mujer Nuevos son creativos, se motivan con la esperanza, con su imaginación, haciendo un mundo habitable y más justo. Ellos son seres que saben comunicarse e informarse con la verdad aun cuando la mentira sea el pan nuestro de cada día. Ellos son los que crean una sociedad nueva, donde todos aportan según sus fuerzas y todos reciben según sus necesidades, sin desigualdades, ni egoísmos.-
El Hombre y la Mujer Nuevos son seres que comparten la creencia de que ser diferentes no es peligroso sino una riqueza entre hombres y mujeres. El amor es el único que puede disuadir al que es violento.

Es sumamente rico poder pensar, queridos alumnos, que un MUNDO MEJOR ES POSIBLE, y que ese mundo depende de todos nosotros, desde el punto de vista individual, pero también, desde lo colectivo. Nunca se rindan ante a la adversidad, sin lugar a dudas, después, vendrá la victoria y alegría.-
Profesor ECA
Jorge Muiño

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